Hoy os traigo una propuesta para los menús veraniegos: tomates rellenos. Yo los he rellenado de ensalada de pollo y lechuga, pero podéis rellenarlo de lechuga y gambas, de lechuga y jamón york o bacon, de lechuga, espárragos y atún… Y podéis sustituir la mahonesa por una vinagreta si queréis que sea más ligero. Podéis presentarlo de primer plato o de guarnición en un plato combinado para una cena (con una tortilla o un pescado plancha). Es económico, fácil y rápido de hacer.
- 4 tomates pera (120-130 gr cada uno)
- 150 gr de pechuga de pollo
- 70 gr lechuga iceberg
- C/S mahonesa
- C/S sal, pimienta blanca
- 1 hoja de laurel
- 1 huevo duro para decorar (opcional)
- Escaldar los tomates pera en agua hirviendo y refrescar inmediatamente. Retirar la piel, cortar la base y cabeza. Reservar refrigerado.
- Cocer unos 15-20 minutos el pollo en agua hirviendo con sal, pimienta blanca y una hoja de laurel. Cortar en daditos pequeños y reservar refrigerado.
- Cortar en juliana la lechuga y mezlar con el pollo y la mahonesa. Reservar refrigerado.
- Vaciar los tomates con un sacabocados o una cucharita de postre y rellenarlos con la mezcla anterior.
- Disponer en un plato adecuado y decorar con huevo duro rallado.
Podéis usar los restos del tomate para sandwiches, tostadas con aceite y jamón, gazpachos, salsa de tomate, etc.
Con lo que os sobre (si os sobra) del relleno podéis usarlos para hacer sandwiches.
Atención especial a la mahonesa por llevar huevo y al pollo: son los dos de los alimentos que se contaminan con mayor facilidad en la cocina y sobre todo en verano; ya sabéis que soy defensora a ultranza de todo lo casero pero, claro, que sea seguro. La mahonesa casera en verano es una bomba de relojerí pues hay que consumirla en 24 horas y estando bien refrigerada, por lo que os recomiendo que si hacéis vuestra mahonesa en casa utilicéis huevo pasteurizado (vienen en bricks) o, como yo he hecho para ahorrar tiempo y dinero, emplear una mahonesa del supermercado (ya sé que no es lo mismo). Más de lo mismo con el pollo crudo: no utilicéis ningún utensilio que haya estado en contacto con el pollo crudo y evitad que esté mucho tiempo sin refrigerar.